FRECUENCIA MURCIA ECONÓMICA
26/01/2021
Una jornada más, el número de casos y de fallecimientos sigue estremeciéndonos. El coronavirus continúa haciendo estragos, mientras nos tiramos estólidamente los trastos a la cabeza con contumacia atroz. El covid es el único enemigo, pero nos empeñamos en enfrentarnos en una guerra sin cuartel, que no conduce a nada… O al menos a nada bueno, el ruido y la furia vuelve a apoderarse de nosotros.
Después de la dimisión del consejero de Salud, se produjo la de la alcaldesa socialista de Molina y hasta la de la coordinadora de IU. Y seguramente no serán los últimos dimisionarios por el triste affaire de las vacunas; que no por triste, deja de tener una explicación: el miedo es muy humano. Es una especie de sálvese quién pueda. Y en este caso, como en tantos otros en nuestra mundanal existencia, parece que una vez más el que puede, puede; y el que manda, manda. Más de cuarenta años de ética democrática para esto. Nuestra democracia, y a las pruebas me remito, sigue siendo pavorosamente infantil; pese a que los años van pasando, seguimos actuando como siempre, anclados en hábitos que creíamos del pasado.
Paradójicamente, día a día, se reclama responsabilidad y sentido común a los ciudadanos. Y resulta irónico que sean los mismos que hacen de su capa un espeso e infranqueable sayo quienes los reclamen. Habrá que admitir que algunos de nuestros representantes están muy lejos de la ejemplaridad, su actitud cicatera desmoraliza a una población ya agotada de tantas insensateces. Y contra el desánimo y la desconfianza generalizada, todavía no se ha descubierto vacuna alguna.
Es muy probable, que tarde o temprano, nos inmunicemos contra el virus asesino, pero aún así la desconfianza seguirá anidando en nuestro fuero interno. La confianza por enésima vez es la víctima de esta guerra de guerrillas, en la que perdemos todos. Usted y yo también.
Hoy nos acompañan:
Y como analistas:
Aurelio Luna,
José Luis Leante,
Ignacio Cerezuela,